No es nuevo, pero cada vez se hace más patente. Existe el intrusismo en todas las profesiones, la periodística, también. Y lo peor no es que quieran ejercer un papel para que muchas veces no están ni llamados, lo tremendo es que lo hacen con atrevimiento, creyendo que lo desempeñan más que correctamente. Incluso llegan a rozar el ridículo.
Y esto no sólo pasa en los medios de comunicación a nivel nacional. Ahí es donde menos, especialmente porque los grandes empresarios de este país se juegan su dinero y saben a quien contratan. En los medios locales y regionales es donde la escena aparece más de forma patética. Televisiones locales sin contenidos, anuncios de mal gusto, prensa que no hay por donde leerla... Un cúmulo de despropósitos que insultan a cualquier espectador o lector que se ponga ante ellos.
Lo único exigible en cualquier ámbito es la profesionalidad. Sí, sí, eso. Zapatero a tus zapatos. Que cada cuál busque su sitio, pero que lo haga con seriedad. Y es que al principio te hace gracia, pero siempre al final acabas llorando. No quiero seguir llorando frente a algún canal de televisión, especialmente local.
No hay comentarios:
Publicar un comentario